miércoles, 23 de diciembre de 2009


















































IKA Renault 4L Las cuatro puertas, más la trasera de carga, no ofrecen dificultades para el acceso y egreso. El capot se abre para adelante. El interior es luminoso y alegre. Terminación Buena, en la unidad que recibimos para testear. Nos referimos, en este caso, al trabajo en sí, porque el diseño comprende cosas bastante raras; manojos de cables a la vista, por ejemplo, y una pestaña de tablero de fibra, en la cual se han recortado directamente dos ventiletes para aire fresco. Además, la calefacción está llena de palanquitas y manivelas con guías de alambre. No es exactamente un Rolls Royce, pero tampoco pretende serlo. Por parte de pintura, tapizado, etc. nuestra unidad estaba bien terminada. Tampoco había muchos ruidos de carrocería. El color del tapizado era discreto. Controles El volante es el que se usa también en el Gordini, con dos aros. La dirección es bastante liviana, a pesar de ser de tracción delantera. La palanca de cambios emerge del tablero, en el clásico esquema de muchos coches de tracción adelante. Los tres pedales son chiquitos, el embrague muy duro en nuestro coche. Los hombres de pies grandes tienen que tener cuidado de no equivocar el pedal al pisar. Al accionar una llavecita en el tablero, quedan prendidas las luces de posición y tablero, y queda en posición de trabajo la palanca que selecciona la luz larga y de cruce; apretando la misma para adentro, hay bocina. Lo encontramos menos objetable que la mayoría de los sistemas franceses. Los controles de limpiaparabrisas y ventilador de calefacción son a botonera. El lavaparabrisas tiene un botón pulsante de goma.



























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